La energía solar fotovoltaica representa la más genuina “energía verde” obtenida a partir de los rayos solares. Mediante el empleo de la energía solar fotovoltaica se consigue un ahorro importante de energía fósil y una disminución notable de emisiones de CO2, por lo que es reconocida como energía preferente de desarrollo a nivel mundial.
La energía solar fotovoltaica constituye una solución eficiente y alternativa a la generación eléctrica convencional siendo apoyada de forma preferencial por los Estados a nivel mundial. También puede ser usada en el desarrollo de regiones que no disponen de fuentes alternativas de energías tales como: poblaciones rurales, regiones aisladas, estaciones de bombeo de agua y petróleo, etc. que no tengan la posibilidad de realizar una conexión a la red de suministro eléctrico.